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Aprovecha el dìa, no dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños. Este blog es un faro para quienes buscan transformar el dolor en luz, esperanza y un nuevo comienzo. Juntos elevaremos la conciencia, iluminando el camino interior que jamás volverá a oscurecer.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Juicio a un ama de casa


Trasmitido a través de psicografía. (Hecho real)
Un ama de casa que se muere y llega el momento de su juicio, cuenta:

Había llegado el momento de evaluarme, el tribunal reunido esperaba, eran figuras imponentes y serias y yo les fui explicando en que había ocupado mi vida. No estaba nerviosa ni preocupada porque siempre viví para los demás, sin egoísmos y ocupándome muy poquito de mí.
Conté como había tenido a mi familia, haciéndoles todo para que fueran felices, aliviándoles las tareas en un olvido total de mis propias necesidades. Aún cuando mis hijos fueron mayores, siempre me consultaban sus decisiones y me hacían caso, hacían todo lo que yo les decía.
Conté como me ocupé de mis padres cuando eran ancianos, llevándolos a los médicos, comprándoles cantidades de remedios y teniéndolos muy protegidos.
También evalué mis acciones fuera de la casa: mi éxito en el trabajo, donde sin mi nada funcionaba – porque fue en extremo detallista y exigente, además de eficaz.
Yo sabía que el castigo que me impondrían sería poco, algunos pecaditos veniales . . . no merecen demasiada severidad de juicio y podría por fin llegar a Dios.
Había tenido una buena vida, sobre todo en la adultez, cuando empecé a hacer esas obras de bien, a prestar servicio, en realidad tenía tiempo de más y nadie de quien ocuparme ya en mi familia, así que tenía a los otros, a los enfermitos, a los pobres, a los de la parroquia, que les venía muy bien mi ropa vieja pero limpia y zurcidita; eso si, ¡eh!. ¡Toda gente necesitada a quienes junto con las cosas que les regalaba les daba consejos sobre moral, higiene y normas de conducta para que dejaran de vivir en la promiscuidad.
De pronto, todo se borró. Las figuras del tribunal eran solo puntos de luz purísima y vi en un instante (como en una película acelerada) escenas relacionadas con mi vida, que yo nunca había visto. Vi a mi hija paralizada emocionalmente y llorando por que no sabía que hacer ante una decisión importante; a mis padres aterrorizados en el momento de su muerte; a mis  compañeros de trabajo humillados por no poder brillar tanto como yo; y vi en los ojos de mis protegidos al recibir la ropa, una infinita necesidad de cariño, que no les di. Me vi esquivando el gesto de contacto físico, retaceando la caricia, dando dinero donde hacia falta un abrazo, me vi enjuiciando cuando debía callar y callando cuando era mi obligación hablar; y entonces . . . tomé conciencia, ¡todo estaba tan claro!.  Una voz empezó a resonarme adentro, serían los del tribunal, sería mi propia voz. . ., no lo se: “Hija, ya viste tus acciones y también tus omisiones; te tomarás un tiempo - como lo llaman en la tierra – construirás nuevos cuerpos, elegirás una familia y volverás; nosotros te ayudaremos.
Visualiza muy bien que es lo que necesitas aún aprender; cuando hayas vuelto, no intentes ser la salvadora, deja que los demás vivan sus propias pruebas; no te sometas al poder de quienes dependes ni hagas depender a nadie de ti: se libre; cuídate de la promiscuidad tuya, siendo tu misma y no te prostituyas intentando comprar con oro tu salvación o tu conciencia; difícilmente encontrarás algo afuera, todo esta dentro de ti; ayuda a los ancianos y a los enfermos a bien morir, no los apabulles con complicadas técnicas medicinales porque la alquimia de sanación solo esta dentro de ellos; no confundas orgullo con servicio, enjuiciando las actitudes o costumbres de aquellos a quienes ayudas y no sientas que porque lo haces eres distinta o superior a los demás; aquel que te necesita esta en esa situación, aunque sea un mendigo o un enfermo incurable, porque es más fuerte que tú para resistir esas pruebas: es tu maestro, te hace el favor de necesitarte, por tanto permítele evolucionar y verás que evolucionas con él”.
La voz se hizo más tenue pero aún alcancé a escuchar: “Hija, la próxima vez que vuelvas a hacer tu propio juicio atiende bien a la pregunta; en el juicio sobre tu última vida no te preguntamos que has hecho sino cuanto y como has amado”.

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Algunos libros interesantes

  • Conversaciones con Dios (trilogía de Neale Donald Walsch)
  • Descubre a tus Angeles (Alma Daniel)
  • Dios me hablo (Eileen Caddy)
  • El caballero de la armadura oxidada (Robert Fisher)
  • El monje que vendio su ferrari (Robin Sharma)
  • El plan de tu alma (Robert Schwartz)
  • El poder del ahora (Eckhart Tolle)
  • Ida y Vuelta Al Otro Lado (Sylvia Browne)
  • Jugando con los Angeles de (Hania Czajkowski)
  • La novena revelación (James Redfield)
  • Medicos del cielo, Medicos de la tierra (Maguy Lebrum)
  • Por donde los Angeles caminan (Joan Wester Anderson)
  • Reinventarse (Mario Alonso Puig)
  • Todos tenemos un Angel (Antonio Mateo Allende)
  • Tu puedes sanar tu vida (Louise Hay)
  • Una nueva tierra (Eckhart Tolle)
  • Voces Del Desierto (Marlo Morgan)
  • Y el anciano hablo (Antón Ponce de León Paiva)