Elegimos a nuestros padres
Cuando era una niña
mi padre me contaba que la vida es como una escuela, que vinimos a aprender
lecciones y de no hacerlo –en vez de quedarnos de grado-, nosotros volvemos a
venir al plano terrenal una y otra vez.
Tenemos que volver y
aprender todo lo que no hemos podido aprender en la vida anterior y lo hacemos
de acuerdo al “Plan Divino” establecido antes de encarnar.
A ver ….. la cosa es
mas o menos así
Cuando estamos aún
del otro lado y ya dispuestos a venir, tenemos un grupo de seres etericos
amorosos que nos asisten y nos asesoran sobre lo que aún nos hace falta
evolucionar.
Trazamos en ese
momento una hoja de ruta, un plan divino una columna vertebral de nuestras
lecciones mas relevantes.
También elegimos a nuestros
padres que son los que pondrán los obstáculos necesarios para que podamos
concretar nuestra evolución. Del mismo modo haremos luego con nuestros
compañeros sentimentales.
Muchas veces esta conexiones se dan antes de que los futuros padres se conozcan o piensen en formar una familia, pero el alma ya ha hecho su elecciòn y espera tranquila el momento de reencarnar.
Elegimos a Papa y a
Mama, a nuestros hermanos, el lugar donde nacemos y quienes serán nuestros
amigos. Tenemos nuestra familia kármica y ésta se repite a lo largo de nuestras
reencarnaciones, viajamos en clanes.
Voy a contarles una experiencia personal vivida con mi hija del medio, ella en ese momento era muy pequeña.
Caminábamos tomadas de la
mano y de pronto me pregunta:
Julia:
¿mama, vos sabes por que te quiero tanto?
Yo:
si, porque soy tu mamá
Julia:
no, te quiero tanto porque yo te elegí
Yo:
que bien, y como es eso?
Julia: yo estaba en un lugar …. que no
se donde era y entonces escuche una voz que me decía …. “tenes que nacer” y
entonces de todas las mamas yo te elegí a vos.
Hoy que es toda una mujer todavía
RECUERDA el momento, el de la elección.
El dìa de hoy, en este momento que podemos
hablar bien sobre ese tema recuerda que estaba en un lugar que reconoce como
elevado, se da cuenta que no era de este plano. Y la voz que recuerda no tiene
timbre, ni genero ni sonido alguno, solo era conciencia pura de saber y sentir esas palabras. También me
recuerda embarazada.
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