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Aprovecha el dìa, no dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños. Este blog es un faro para quienes buscan transformar el dolor en luz, esperanza y un nuevo comienzo. Juntos elevaremos la conciencia, iluminando el camino interior que jamás volverá a oscurecer.

viernes, 23 de mayo de 2025

“¿Y si la plenitud no estuviera donde siempre la has buscado?”




Durante mucho tiempo, yo también busqué la plenitud como quien busca un tesoro al final del arcoíris. Creía que la alcanzaría cuando todo estuviera "perfecto": relaciones armoniosas, dinero suficiente, salud impecable, una rutina zen... Pero ¿sabes qué descubrí? Que la plenitud no es algo que se alcanza allá afuera; es algo que se activa adentro. Y lo más curioso es que ya estaba en mí… solo que no sabía cómo conectar con ella.

Quédate conmigo hasta el final, porque en este artículo quiero compartirte una visión profunda, espiritual y amorosa sobre cómo encontrar esa armonía interna que tanto anhelas, aprender a equilibrar el dar y el recibir, sentirte realmente merecedora de lo bueno y cultivar una gratitud que transforme tu vida desde la raíz. No es teoría vacía: es lo que viví, lo que acompaño a otras almas a descubrir y lo que tú también puedes experimentar.


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La trampa de la búsqueda constante

Estamos en una cultura que nos empuja a hacer más, dar más, demostrar más. Parece que nunca es suficiente. Vivimos hacia afuera, con el foco en el otro, olvidando escucharnos, olvidando incluso ser. Nos volvemos expertas en dar, pero nos cuesta recibir. Nos exigimos tanto, que cuando la vida nos quiere regalar algo... lo rechazamos sin darnos cuenta.

¿Te ha pasado? Que alguien te hace un cumplido y tú lo minimizas. Que te ofrecen ayuda y tú dices "no hace falta, ya me apaño". Que la vida te pone algo bueno en el camino, y tú lo saboteas con pensamientos como "no me lo merezco" o "esto no va a durar". Ahí es donde empieza el desequilibrio... y se esfuma la armonía.


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Dar y recibir: el arte olvidado del equilibrio energético

Desde una mirada holística, dar y recibir son dos caras de la misma moneda. La energía necesita circular. Cuando solo das y das, te vacías. Y cuando solo recibes sin entregar desde el corazón, te estancas. El equilibrio está en permitirte fluir con ambas corrientes: honrar tu capacidad de aportar, pero también abrirte a recibir sin culpa.

Recibir no es egoísmo. Recibir es reconocer tu valor, tu dignidad, tu lugar en la red invisible de la vida. Es aceptar que tú también mereces apoyo, amor, abundancia, descanso, placer.

Un ejercicio sencillo pero poderoso: Cada día, observa cuántas veces das... y cuántas veces permites que te den. ¿Hay balance? ¿Dónde te estás bloqueando?


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Sentirte merecedora: el verdadero trabajo interno

Aquí viene una de las claves más transformadoras que he descubierto: solo puedes recibir aquello que sientes que mereces. Y muchas veces, ahí está el nudo. Creencias inconscientes como "no soy suficiente", "tengo que luchar por todo", "si descanso, soy floja", sabotean cualquier intento de plenitud.

Te invito a que te preguntes sinceramente:
¿Qué creencias limitantes tienes sobre el merecimiento?
¿Qué historias del pasado siguen influyendo en cómo te valoras hoy?

Sanar el merecimiento es un camino profundo y amoroso. No se trata de inflar el ego, sino de recordar tu valor intrínseco como alma, como ser espiritual teniendo una experiencia humana. No tienes que hacer nada para merecer amor, abundancia o paz. Solo tienes que reconectarte con lo que ya eres.


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La gratitud como llave mágica de la plenitud

Cuando empezamos a practicar la gratitud no como una obligación ("debería estar agradecida"), sino como una decisión consciente de conectar con la belleza del momento presente, todo cambia.

La gratitud no es una lista de cosas bonitas. Es una forma de ver la vida. Es decirle sí al ahora, incluso cuando no es perfecto. Es valorar lo pequeño, lo invisible, lo cotidiano. Es reconocer los regalos que llegan de formas inesperadas. Es darte cuenta de que ya hay tanto en tu vida que es digno de ser celebrado.

Te propongo un ritual diario:
Cada noche, antes de dormir, agradece tres cosas de tu día.
Pueden ser simples: el sabor del café, una sonrisa, una canción que te emocionó, un momento de paz. Verás cómo, con el tiempo, tu mente empieza a entrenarse para ver lo bueno... incluso en los días grises.


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Cómo conectar con la armonía interior (aunque tu mundo esté de cabeza)

Aquí no te voy a decir que todo será color de rosa ni que la espiritualidad te va a evitar el dolor. Pero sí te puedo asegurar que cuando empiezas a mirar la vida desde un enfoque holístico, descubres recursos internos que ni sabías que tenías.

La armonía no es la ausencia de caos. Es la capacidad de estar en paz incluso cuando hay ruido afuera.
¿Cómo se cultiva esa armonía?

A través de la presencia. El momento presente es tu refugio sagrado.

Con prácticas que te conecten contigo misma. Meditación, respiración consciente, escribir lo que sientes, bailar, estar en la naturaleza…

Cuidando tus límites energéticos. Decir "no" también es amor.

Rodeándote de personas que te nutran. La vibración de tu entorno importa.

Conectando con tu niña interior. Muchas heridas de desmerecimiento vienen de ahí. Darle voz, abrazarla, dejar de juzgarla... eso libera.



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El viaje hacia la plenitud es circular, no lineal

Habrá días en los que te sientas conectada y expansiva, y otros en los que todo te cueste. Está bien. No estás fallando. Estás viviendo el proceso natural de recordar quién eres. A veces te vas a olvidar de ti, y otras veces vas a volver con más fuerza. Cada paso, cada retroceso, cada toma de conciencia… todo es parte del camino.

Recuerda esto:
La plenitud no se busca. Se recuerda. Se practica. Se elige.

Y sí, tú puedes elegirla hoy.


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Cierro con una pregunta para tu alma…

¿Y si dejaras de esforzarte por "arreglar" todo… y empezaras simplemente a permitirte ser?

Tal vez, ahí mismo, en ese acto de rendición amorosa, te encuentres con la armonía que tanto buscabas.

Gracias por llegar hasta aquí. Si este artículo resonó contigo, compártelo con alguien que lo necesite, y si quieres, cuéntame:
¿Qué parte de ti estás lista para recibir con amor hoy?





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Algunos libros interesantes

  • Conversaciones con Dios (trilogía de Neale Donald Walsch)
  • Descubre a tus Angeles (Alma Daniel)
  • Dios me hablo (Eileen Caddy)
  • El caballero de la armadura oxidada (Robert Fisher)
  • El monje que vendio su ferrari (Robin Sharma)
  • El plan de tu alma (Robert Schwartz)
  • El poder del ahora (Eckhart Tolle)
  • Ida y Vuelta Al Otro Lado (Sylvia Browne)
  • Jugando con los Angeles de (Hania Czajkowski)
  • La novena revelación (James Redfield)
  • Medicos del cielo, Medicos de la tierra (Maguy Lebrum)
  • Por donde los Angeles caminan (Joan Wester Anderson)
  • Reinventarse (Mario Alonso Puig)
  • Todos tenemos un Angel (Antonio Mateo Allende)
  • Tu puedes sanar tu vida (Louise Hay)
  • Una nueva tierra (Eckhart Tolle)
  • Voces Del Desierto (Marlo Morgan)
  • Y el anciano hablo (Antón Ponce de León Paiva)