¿Quién está al mando de tu vida?
¿Alguna vez sentiste que reaccionaste sin pensar? Como si otra parte de ti hubiese tomado el control por unos minutos...
Te lo adelanto: no estás solo. Nos pasa más seguido de lo que creemos. Y no, no eres tú quien está loco. Es simplemente que no eres siempre tú quien tiene el control.
Bienvenid@ a un viaje de autodescubrimiento que va a incomodarte, inspirarte y, quizás, cambiar la forma en que tomas decisiones a partir de hoy.
☑ ¿Estás tomando decisiones o simplemente reaccionando?
Vivimos tan apurados, tan pendientes del reloj, de los likes, de lo que esperan los demás... que raramente nos detenemos a preguntar:
¿Esto que estoy haciendo, lo elegí realmente yo?
¿O fue una respuesta automática de esa vocecita interna que siempre quiere tener razón, demostrar algo o protegernos del rechazo?
Esa voz no eres tú. Esa voz es tu ego.
📌 ¿Qué es el ego, realmente?
No vamos a entrar en definiciones técnicas ni filosóficas. Lo vas a entender mucho más claro así:
El ego es esa versión de ti que se construyó para sobrevivir, no para vivir.
Es como un asistente que lleva tanto tiempo contigo que se olvidó que está a tu servicio.
Y ahora... se cree el jefe.
El ego:
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Te hace reaccionar en lugar de responder.
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Busca aprobación constante (aunque digas que no te importa).
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Necesita tener razón. Siempre.
-
Te compara con los demás. Todo el tiempo.
-
Te aleja del presente, manteniéndote en el "¿y si...?" o el "debería haber...".
🧭 ¿Por qué dejamos que el ego tome el volante?
Porque nos da una falsa sensación de control y seguridad.
Es más fácil decir "soy así", que reconocer que puedo cambiar.
Es más cómodo enojarse, que sentarse a sentir una emoción incómoda.
Es más seguro construir una imagen para los demás, que mostrarse vulnerable y auténtico.
Pero, adiviná qué:
Todo lo que te hace sentir vivo está del otro lado del ego.
🎭 El ego no es el enemigo, pero no puede ser el líder
Vamos a aclarar algo importante: el ego no es malo. De hecho, en muchos momentos de tu vida fue necesario.
Te protegió, te impulsó a superarte, incluso te ayudó a sobrevivir emocionalmente.
Pero ahora, que estás en camino de crecimiento, ya no necesitás vivir en modo defensa.
El ego puede ser un gran guardián, pero un pésimo guía.
🔍 ¿Cómo saber si el ego está controlando tu vida?
Te dejo algunas señales que no fallan:
-
Te cuesta perdonar. El ego guarda rencor para no "perder".
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Necesitás validación externa para sentirte valioso.
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Evitas equivocarte a toda costa, aunque eso implique no intentar.
-
Sos adicto a tener razón, incluso a costa de relaciones importantes.
-
Vivís comparándote, y rara vez sentís que estás "a la altura".
Si sentís que varias de estas frases te tocan… no te juzgues. Respirá.
Estás empezando a darte cuenta, y eso ya es un gran paso.
🌱 Entonces… ¿quién debería tener el control?
Tu esencia.
Ese lugar en vos que no necesita demostrar, ni competir, ni esconderse.
La parte que no grita, pero susurra lo que realmente querés.
La que sabe que no sos tus logros, ni tus errores, ni tus pensamientos.
Esa parte que aparece cuando respirás profundo y decidís responder, en lugar de reaccionar.
✨ Lo que pasa cuando tu esencia toma el mando
No es magia. Es conciencia. Y se siente así:
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Dejá de pelearte con la vida, y empezás a bailar con ella.
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Las decisiones ya no se basan en el miedo, sino en la claridad.
-
Aprendés a estar, sin necesidad de llenar cada silencio.
-
Empezás a conectar con personas que te ven de verdad (porque dejaste de ocultarte).
Y sobre todo:
Sentís paz. Esa paz que no viene de que todo esté bien afuera, sino de estar alineado por dentro.
🧘♂️ Cómo empezar a soltar el control del ego (sin luchar contra él)
No se trata de eliminar el ego. No podés matar una parte de vos.
Se trata de reconocerlo, entenderlo y elegir desde otro lugar.
Te dejo algunas prácticas que funcionan (sin necesidad de apps, gurus ni retiros en la montaña):
1. Observate sin juzgarte
Cada vez que sientas una emoción intensa, preguntate:
👉 ¿Quién está reaccionando acá? ¿Mi miedo, mi necesidad de aprobación, mi herida?
Sólo con darte cuenta, ya estás volviendo a casa.
2. Hacé pausas conscientes
Vivimos en piloto automático. Pero un simple respiro antes de actuar puede marcar la diferencia.
Antes de contestar, decidir, discutir... frená. Respiración lenta, mente clara.
3. Soltá la necesidad de tener razón
¿Preferís tener razón o tener paz?
Elegí tus batallas. Muchas veces, lo que el ego quiere demostrar no vale la energía que te roba.
4. Practicá la vulnerabilidad
No tenés que ser fuerte todo el tiempo.
Mostrarte auténtic@ no te hace débil, te hace libre.
5. Conectá con lo que no se ve
Hay algo más profundo que tu imagen, tu nombre o tu historia.
Cuando conectás con eso, el ego se calma. No porque lo hayas vencido, sino porque entendió que no tiene que protegerte todo el tiempo.
💡 Un ejercicio poderoso: La pregunta que lo cambia todo
La próxima vez que tengas que tomar una decisión, respondé esto:
¿Esto lo elijo desde el amor o desde el miedo?
El ego siempre elige desde el miedo: miedo al rechazo, a fallar, a ser olvidado.
Tu esencia, en cambio, elige desde el amor: hacia vos, hacia los demás, hacia la vida.
🔚 En resumen…
El ego no es el villano. Pero tampoco es el héroe.
Es sólo un personaje de tu historia.
El protagonista sos vos. El de verdad. El que respira profundo cuando todo se acelera.
El que elige con conciencia. El que recuerda que la vida no es una carrera, sino una danza.
Así que ahora que lo sabés...
👉 ¿Quién querés que siga tomando el volante?
🧠 Para seguir reflexionando:
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¿En qué áreas de tu vida sentís que el ego está manejando?
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¿Qué decisiones tomarías hoy si el miedo no estuviera al mando?
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¿Qué pasaría si empezaras a mostrarte tal como sos?
Tomá el control de tu vida, no desde la fuerza… sino desde la presencia.
Si este artículo resonó con vos, compartilo con alguien que necesite dejar de luchar y empezar a vivir.
✨ Volvé a vos. Siempre es un buen momento para empezar.
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